Entradas

, , , , , , , , , , , , , , , ,

Un retablo barroco- rococó para la nueva Iglesia de Santo Domingo de Albacete

El 29 de septiembre de 2012 se presentaba uno de los grandes trabajos que nuestro equipo de El Parteluz ha realizado a lo largo de su dilatada andadura: el retablo mayor de la joven iglesia de Santo Domingo de Guzmán en Albacete capital.  Un fantástico retablo de estilo barroco- rococó, datado en torno a mediados del siglo XVIII, y compuesto por tres calles separadas por columnas de orden compuesto, con fustes acanalados, decorados con tarjas barrocas  y  que enmarcan tres hornacinas; entre las que destaca la central, avenerada y sobre la que observamos un bello ático con la imagen del titular del templo y un angelote que porta una Cruz.  Las hornacinas laterales sirven de marco a las imágenes de la Inmaculada Concepción y San José, y sobre estas decoraciones carnosas de rocallas y parte de un frontón partido sobre entablamento. Todo el conjunto destaca por sus ricos dorados que se extienden también por el banco y el sotobanco inferior.

Destaca por último también la mesa de altar, el evangelio y el sagrario  de características formales similares y que completan el potente conjunto que preside la iglesia de Santo Domingo de Albacete.

Su restauración comenzó con una limpieza mecánica seguida de la desinsección de las piezas, posteriormente se procedió a la consolidación de las piezas existentes, composición y premontaje de los cuerpos que forman el retablo, así como su estructura interna. También se realizaron los pertinentes   encolados, tallados de molduras y colocación de tallas.

 

También se realizó  la limpieza de los restos originales de oro, eliminando barnices oxidados, restos de purpurinas, oro falso al mixtión, deyecciones de insectos, cera y un largo etcétera de elementos ajenos a la obra original, manteniendo siempre la pátina de envejecimiento natural del conjunto, además nos permitió recuperar también policromías ocultas.

 

Concluidos los trabajos de carpintería se realizó el estucado, embolado y dorado de los faltantes. Para concluir, se ha realizado la protección del conjunto.

El retablo fué dorado al agua siguiendo las técnicas tradicionales. Para los salientes se realizó el bruñido del mismo dejando la superficie pulida, y para los fondos un acabado mate. La discernibilidad entre las aportaciones de oro modernas y el original son evidentes,  al no distorsionar se optó por la propiedad y los técnicos de manera consensuada dejar dicha actuación en ese estado, reforzando aun más la pureza del material original y evitando así cualquier atisbo de falsificación.

Las tablas, tallas y otros elementos policromados se han limpiado y reintegrado siguiendo los mismos criterios respetuosos antes mencionados.

El proceso de restauración del retablo se realizó  siguiendo los criterios actuales  de conservación y restauración de bienes culturales basados en el Respeto a la obra de arte, al autor y a su historia,  fundamentados en el reconocimiento y la reversibilidad de los materiales utilizados en la restauración.