Verónica Pozo- Cañada
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LA VERÓNICA OBRA MANUEL LÓPEZ GUILLÉN DE POZO- CAÑADA (ALBACETE)

El equipo de El Parteluz comienza el año con nuevos propósitos, entre ellos queremos daros a conocer algunos de los increíbles trabajos que en los últimos años hemos realizado  en el taller, y que semana a semana iremos publicando en nuestras redes sociales.

Hoy queremos enseñaros la imagen de la Verónica de Pozo- Cañada, obra del escultor murciano Manuel Guillén Soriano que restauramos este verano y que se venera en la parroquia de San Juan Bautista.

Verónica Pozo- Cañada

La imagen de la Verónica de Pozo Cañada  presenta la iconografía tradicional cristiana de Santa Mujer que enjugó el rostro de Jesús en su camino al Calvario donde había de ser crucificado.  Su rostro  muestra un gesto de dolor contenido, de mirada baja y labios entreabiertos. El pelo tallado se recoge en la parte posterior de la cabeza en un elegante moño, mostrando un trabajo exhaustivo en las partes visibles de la imagen, que presenta un torso de anatomía básica bien definido y una sencilla devanadera de madera.

La imagen se presenta de pié, indicándonos una actitud estática, mientras con sus brazos flexionados sobre a lo largo del torso nos muestra el Sudario en el que quedó plasmado el rostro de Jesús, invitando al fiel a una recogida contemplación.

Los ropajes dejan ver el trabajo del escultor que se centró en cabeza y manos,  posibilitando a este la elaboración de unas finas carnaciones de veladuras rosadas, que se repiten también en parte de sus antebrazos y manos, también visibles y que se caracterizan por una elegante postura que otorga cierto movimiento a las extremidades de la Virgen, acentuando el carácter  dramático de la representación. De fina factura, sus manos encajan perfectamente con la estética neobarroca de principios del siglo XX, que caracterizará a la escultura religiosa española, y en concreto a la estética continuadora en el levante murciano de la estela del escultor Francisco Salzillo Alcaraz.

La autoría indicada anteriormente se atribuye en base a una inscripción realizada con grafito en una caja interior del torso de la imagen en la que se  puede leer:

Sin duda estas palabras nos aportan una información esencial para la catalogación de la talla; su autor, el lugar de realización, el año y el destino de la pieza sitúan esta obra como ya indicamos, como una clara continuación de los tremendamente arraigados modelos creados por Francisco Salzillo y que popularmente se extendieron por todo el levante español y gran parte del interior peninsular, especialmente por las provincias limítrofes a la actual Región de Murcia, entre las que destaca Albacete, tierra estrechamente ligada histórica y artísticamente a la vecina región ahora uniprovincial. Por lo tanto no es de extrañar que desde la creación de la escuela de escultura barroca murciana sus producciones se difundiesen por este amplio territorio y no solo durante el esplendor de la escuela si no durante toda su dilatada historia, en la que se fueron simultaneando y sucediendo nuevos exponentes continuadores de la estética asentada por el maestro de ascendencia napolitana.

En resumen estamos ante una imagen correcta en ejecución técnica, que cumple perfectamente su función de culto y de mover la piedad en las procesiones de Semana Santa, acorde con la estética neobarroca. De procedencia murciana, la imagen representa un nuevo ejemplo de la fructífera escuela escultórica salzillesca, que tiene en Murcia un importante centro de producción, con multitud de talleres de los que salieron un sin fin de imágenes para deleite de creyentes y amantes del arte.

El cuanto a la intervención llevada a cabo sobre esta imagen, esta se fundamentó en la limpieza generalizada de las superficies policromadas, la consolidación de esta, la reintegración de las pequeñas pérdidas que  presentaba, y la restitución de las pestañas sintéticas por unas nuevas de pelo natural, finalizando la restauración con la consolidación y la protección de la pieza para garantizar su correcta conservación, siempre siguiendo los criterios más actuales de conservación y restauración de bienes culturales.

 

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